Fin de la hegemonía de Mathieu Van der Poel, al menos, en lo que a su racha de victorias consecutivas se refiere. Buena parte de la culpa la tuvo Toon Aerts, quien conquistó el DVV Trophy aventajando en más de dos minutos a un Van der Poel que finalizó tercero. El podio lo completó Eli Iserbyt (2º), que entró en meta a minuto y medio de Aerts.
Las condiciones de la jornada fueron durísimas, con mucho frío y abundancia de barro pesado en casi todo el recorrido. A dos vueltas del final el holandés ya había perdido contacto con la cabeza de carrera, un Aerts que estuvo pletórico durante toda la carrera y que sacó petróleo de unas condiciones que pasaron factura a Van der Poel.
«No puedo ganarlos a todos. Simplemente no fui lo suficientemente bueno para ganar hoy. Pronto me di cuenta de que ya no conseguía cerrar la desventaja. No encontré mi carrera», reconoció el holandés al término de la prueba en declaraciones recogidas por Sporza.
«No esperaba que la ventaja aumentara de esa manera. Pero realmente disfruto haciendo un curso como este. Lo he hecho bastante bien técnicamente. Hoy sentí la bicicleta como una parte extra de mi cuerpo», explicó Toon Aerts tras cruzar en solitario la línea de meta.
Con este imponente y meritorio triunfo, Aerts evitó el pleno de triunfos de Van der Poel en la presente temporada (se queda en 9 victorias en 10 pruebas), algo que no ocurría desde el 1 de noviembre de 2018 cuando fue 21º en el Cross de Koppenberg. ¿Habrá encontrado el holandés un rival a su altura en el futuro? Sólo el tiempo tiene la respuesta.
Info: AS
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