Tony Martin y Luke Rowe protagonizaron una de las acciones más feas del Tour de 2019, que supuso la expulsión de ambos. Los corredores del Ineos intentaban tomar posiciones delanteras en La Sentinelle, última cota del día.
El galés empujó al alemán y buscó adelantarle. Se lanzaron empellones mutuos y el cuatro veces arcoíris de crono quiso echarle de la carretera. Todo, cuando Matteo Trentin ya había ganado y el pelotón rodaba con calma… lo que implica que el percance resultó aún mucho más absurdo.
Teunissen y Kruijswijk ofrecieron a NOS la versión del Jumbo-Visma: “Los del Ineos pretendían pasarnos por encima. No existía hueco. A veces debes ceder un poco, la carretera hay que compartirla y no se tiene que generar una tensión innecesaria. Con el calor, se produjo un momento de enfado. Nada más”.
En el Ineos denunciaron “una maniobra deliberada” que pudo causar daño. Sin embargo, ninguno de los dos equipos deseaba que se llegara a una descalificación, porque se encuentran inmersos en la pelea por la general con Kruijswijk, por un lado, y Thomas y Bernal, por otro.
Nicolas Portal, director del Sky, y Rowe acudieron a revisar las imágenes a la furgoneta en la que los comisarios de la Unión Ciclista Internacional (UCI) examinan los vídeos y el directo de la carrera. También Nico Verhoeven, técnico del Jumbo, y Martin. Se trata de algo así como un VAR móvil, que se aparca en cada jornada en la zona de meta.
Los jueces les mandaron a casa por golpearse y poner en riesgo la integridad del otro (y de los demás). Cuando Warren Barguil derribó a Mikel Landa no se valoró su exclusión, aunque involuntariamente le tirara contra unos aficionados: «No hubo premeditación».
Info: AS
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