Eduardo Sepúlveda, líder de Fortuneo Vital Concept está llamado a grandes gestas en este deporte, siempre y cuando la suerte lo acompañe. Es que pocos saben de su terrible accidente, el mismo que se produjo momentos después del triunfo de Petr Vakoč en La Drome Classic.
“Había un repecho en el final y veníamos llegando de a uno. Justo cuando pasaba yo, a unos 125 metros de la meta, se volaron las vallas de contención por el viento y me golpearon directamente”, narra Sepúlveda, que ya venía golpeado de San Luis y Omán.
Lejos de terminar, la historia se vuelve espeluznante. “Perdí el conocimiento y tardé un rato en despertar, afortunadamente, el escáner salió bien en ese sentido. ¿El saldo? puntos de sutura en la cara, dientes rotos, fractura de escafoide y de la muñeca en varias partes”, revela el de Rawson, vencedor de la etapa en alto con final en El Amago en enero.
“Mañana me opera un especialista en Lyon y creo que estaré unos tres meses sin bici”, añade con una mezcla de resignación y bronca el joven Eduardo. “Ya no sé que pensar, la mala suerte me persigue”, acota.
“El Tour de Francia no me lo pierdo, pero es muy posible que no esté en Flecha Valona y Lieja”, avisa el patagónico, un hombre habituado a reponerse de malos tragos. “Lo que pasó es inadmisible y tengo mucha bronca. Ahora estoy todo enyesado en el hotel, luego viajo a Lyon y mañana me operan”, concluye.
Sepúlveda estaba en gran forma desde el inicio de temporada, ya que acabó en el podio el Tour de San Luis y fue 11° en el Tour de Omán, con gran protagonismo en el temible Green Mountain. Una auténtica pena para él y su escuadra, que se ve descabezada para la general en carreras por etapas.
Info: Ciclismo Internacional
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