ROSAS TRICAMPEÓN

Si Laureano Rosas tenía el sueño de convertirse en el primer ciclista en ganar la Vuelta a San Juan, ayer lo concretó y lo hizo con creces. Le regaló a la gente que lo alentó durante todo el trayecto una victoria en la etapa de cierre. Si algo diferencia a los ídolos de los deportistas terrenales es la generosidad que tienen en este tipo de circunstancias. Se impuso en una etapa final donde se anduvo muy, pero muy rápido. El promedio superó los 52 kilómetros horarios, por lo que nunca pudo armarse ninguna fuga que pusiera en peligro su liderazgo. Unas 70.000 personas fueron testigos presenciales de la última función del primero y único equipo continental sanjuanino.

Ahora bien. ¿Qué necesidad tenía el capitán del SEP-San Juan de pelear un embalaje cuyo resultado no cambiaba en nada la clasificación general? ¿Por qué arriesgarse a sufrir una rodada, cuando tiene por delante el Tour de San Luis y otros compromisos competitivos como la Doble Bragado y la Vuelta de Mendoza? La respuesta no es otra que esa explicación sobre porque un deportista salta del estamento en el que se encuentran los buenos, al de los grandes, primero y, al de los ídolos después.

Rosas ganó la Vuelta porque se preparó como ninguno y tuvo un equipo que, también llegó a la cita, estaba tan afinado que sus movimientos, de ataque y defensa, fueron muy bien sincronizados durante los, casi, 900 kilómetros que tuvo la carrera del Pedal Club Olimpia.

Laureano se impuso en cinco de siete etapas. Ganó tres embalando, una subiendo y la otra en solitario. No mostró fisuras en ningún terreno. Tuvo una fortaleza física y mental superior a las de sus rivales y consiguió su objetivo de máxima con una convicción y confianza propia de quienes tienen en claro sus metas.

Su fenomenal rendimiento propició que a esta Vuelta, la que había marcado con resaltador entre todas las carreras de la temporada, le sobraran tres etapas. Aún cuando los aficionados a cada conjunto tenían expectativas respecto a las posibilidades de sus ciclistas, la autoridad con la que Rosas y su equipo conquistaron la malla de líder en la segunda etapa y la mantuvieron durante el transcurso posterior de la carrera provocó que todo el planeta ciclismo se rindiera ante la evidencia. A la carrera la largaron 198 ciclistas y un ‘fuori clase’, como dirían los italianos.

 ÚLTIMO ACTO

Si bien la Vuelta estaba sentenciada, el ganador nunca dio nada por sentado, incluso evitó referirse a su tercera conquista hasta no recibir la bandera a cuadros de manos del gobernador Sergio Uñac.

La Avenida de Circunvalación entraña en sus 16,2 kilómetros de extensión algunas dificultades y obstáculos que pueden complicar a los ciclistas. Desde los pinchazos hasta las rodadas están a la orden del día y si uno no se levanta con la fortuna de su lado puede sufrir horrores dentro del anillo de asfalto.

La última etapa tuvo un trámite similar en todo el recorrido, con los hombres del SEP y de la Municipalidad de Chimbas Te Quiero, donde hay cuatro ciclistas que integran el plantel de la escuadra continental, marcando un ritmo furioso que elevó el promedio final a casi 53 kilómetros por hora.

Vanos fueron los intentos de fuga y la emoción se limitó sólo a las metas intermedias. El SEP maniató a todos y a la hora de la definición puso a su líder en posición para que definiera de manera contundente.

Clasificaciones Completas 34ª Vuelta a San Juan

Info y Foto: Diario de Cuyo

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