Fabio Aru, Sam Oomen, Antoine Duchasne o Pauline Ferrand-Prévot son algunas de las últimas víctimas profesionales de una lesión que aqueja especialmente a los ciclistas.
Kiko García o Javier Mauleón, de los primeros profesionales españoles que pasaron por el quirófano para desatascar sus arterias iliacas hace más de 20 años, no se creerían que dos meses después de la intervención un profesional como Fabio Aru, operado el 1 de abril, reaparezca este domingo en el GP de Lugano y crea que puede ir al Tour de Francia. Se echarán las manos a la cabeza. Como otros españoles que no se operaron, se retiraron y perciben una pensión por lesión laboral permanente.
La endofibrosis de la arteria iliaca externa, el nombre exacto de la dolencia, se trata hoy de forma muy distinta. «A mí me tuvieron que hacer la intervención en las dos piernas, por separado», recuerda Kiko García.
«Era muy delicado, tenían que meterse dentro de la arteria y ensancharla, quitarle como unos pliegues, pero no pudieron con todos. Nunca volví a sentirme como antes«, lamenta. Le parchearon la arteria con un recubrimiento de la vena safena, cerca del tobillo.
La medicina es hoy más sofisticada. Pauline Ferran-Prévot, la francesa que ganó el Mundial de ruta en Ponferrada 2014 y los de ciclocross y Mountain Bike en 2015, contó que todos esos años «volvía a casa de los entrenamientos llorando».
Después de tratarse de ciática durante varias temporadas, este año ha pasado por el quirófano. El 22 de enero se puso en manos del cirujano Laurent Chiche, del hospital Pitié-Salpêtrière de París. Incisión en el abdomen para llegar a la arteria y ensancharla y recuperar la presión arterial.
Cuenta la ciclista que la vena obstruida tenía un diámetro de 5,3 milímetros en lugar de 10 por los pliegues que se habían formado. El 19 de febrero ya daba paseos con una e-bike y el pasado domingo, 2 de junio, fue segunda en el XCO de Girona (Sea Otter Europe, Supercup Massi).
LOS SÍNTOMAS
El paciente de esta lesión percibe un hormigueo en la pierna, calambres y pesadez. «La pierna muerta», llaman a esa sensación. La pérdida de potencia con endofibrosis es muy notable cuando se requiere un esfuerzo especial. El mal ha tocado a esprinters, rodadores o escaladores. Luego está la anatomía de cada cual. Los denominadores comunes son el esfuerzo continuado, los entrenamientos salvajes y la exigencia permanente.
O’ GRADY, DEL QUIRÓFANO A LA ROUBAIX
El mayor problema de los ciclistas con la endofibrosis ha sido la falta de un diagnóstico certero. Ya la padeció Gianni Motta en los años 60 y muchos más corredores en los 90 (llegó a asociarse al problema del nuevo dopaje con EPO). Hoy, la estadística de afectados no para de crecer.
Solo en los últimos meses tenemos a Aru, a Oomen, a Duchesne o a Ferrand-Prévot, y en los últimos años a Roy, Courteille, Aramendia, Dombrowski… Una lista interminable. Hoy, la curación suele dar resultado. Stuart O’Grady, operado de endofribrosis, ganó medallas mundiales, etapas de Tour y la París-Roubaix 2007.
Info: Marca
¡NO TE OLVIDES DE SEGUIRNOS EN NUESTRAS REDES SOCIALES!