Desde que Zdenek Stybar lo hiciera el 13 de noviembre de 2011 en Hamme-Zogge, ningún corredor no BeNed había ganado una cita puntuable del Superprestigio hasta que Tom Pidcock (Trinity) se impusiera hacer ahora dos semanas en Gavere. El corredor británico, que se ha hecho un fijo en el podio, fue víctima en Zolder de la mala suerte al verse envuelto en un enganchón en la primera curva que le relegó hasta a última plaza a causa de ese atasco tan habitual en este tipo de situaciones.
Mientras Wout van Aert (Jumbo-Visma) y Mathieu van der Poel (Alpecin-Fenix) imponían el ritmo en cabeza, Felipe Orts (Teika) protagonizaba una fenomenal salida que el situó en la pelea por el top5 en esos primeros compases de la carrera. Los dos grandes nombres del ciclocross internacional en las últimas temporadas trataban de poner tierra de por medio respecto s sus perseguidores. Eli Iserbyt, Laurens Sweeck (Pauwels Sauzen-Bingoal), Corné van Kessel (Tormans), Daan Soete (Group Hens-Maes Containers) y Lars van der Haar (Telenet Baloise-Lions) eran los únicos que aguantaron el ritmo cuando, pinchado de la rueda trasera, Wout Van Aert comenzó a perder terreno en la última parte de la primera vuelta, momento que eligió Van der Poel, que esta misma semana vivió en Herentals el otro lado de esa moneda, para tratar de terminar con las opciones de su gran rival.
Por detrás, Van Aert retornaba al circuito, tras cambiar de bicicleta en boxes, junto a Pidcock. Rivales en circunstancias normales, el belga y el británico y el belga se aliaban para tratar de volver a los puestos que les permitiesen, al menos, pelear por el podio.
Pero el drama estaba a punto de desencadenarse en la parte delantera de la carrera. Mientras Van der Poel abría, poco a poco, el hueco que tanto le gusta para protagonizar sus ya legendarios monólogos, el grupo perseguidor se iba al suelo. Van der Haar, Van Kessel, Sweeck y Soete caían encima de Eli Iserbyt, que inmediatamente se dolía de forma muy visible del codo. El campeón de Europa se quedó tendido en el suelo y tuvo que ser uno de los auxiliares de su equipo el que le cogiera en volandas para sacarle del trazado y que pudiera ser atendido por las asistencias sanitarias que, tras una primera evaluación en el centro médico del circuito, decidieron su traslado a un hospital ante el temor de que el belga hubiera sufrido una fractura del codo, tal y como se apresuraba a informar su propio equipo.
Más preocupante, en cualquier caso, fueron las primeras declaraciones de Sven Vanthourenhout, seleccionador belga y uno de los primers en atender al corredor de Pauwels Sauzen-Bingoal, que aseguró que “Iserbyt apenas se podía mantener consciente” debido al dolor que estaba sufriendo. Aunque en las próximas horas y días podremos ampliar la información sobre la situación del corredor y las circunstancias del incidente, las primeras imágenes parecen mostrar que el verdadero daño a la articulación se produce en la montonera inmediatamente posterior, algo que la novia del ciclista parecía confirmar después de que este hubiese sido evacuado al informar de que alguien habría rodado sobre el codo tras el primer impacto.
Mientras, ajeno a todo, Van der Poel llegaba al ecuador de la carrera con más de 20 segundos de renta sobre el cuarteto formado por Sweeck, Soete, Van Kessel y Van der Haar. Por su parte, Felipe Orts se soldaba al grupo en el que se iban a decidir las últimas plazas del top10 al que, poco antes, había sobrepasado un Van Aert desencadenado que terminaría por dar caza al cuarteto perseguidor del líder.
Michael Vanthourenhout (Pauwels Sauzen-Bingoal), que rodó en tierra de nadie durante las cuatro primeras vueltas, consiguió enlazar con el grupo perseguidor poco antes de iniciar el quinto de los nueve giros a los que finalmente se marchó la carrera de Zolder. Mientras Van der Poel rodaba a lo suyo, seguro ya de un triunfo del que sólo le podría separar una desgracia mayúscula, Tom Pidcock trataba de apuntillar a los integrantes del grupo que peleaba por las tres plazas restantes del top10 y en el que también viajaba Felipe Orts en una de sus mejores actuaciones del año en un circuito en el que tradicionalmente ha sabido sacar lo mejor de sus piernas y en el que supo meterse dos veces en el top 10 en su etapa como Sub23 (6º en 2015 y 7º en 2016).
El español no lo iba a tener fácil. Junto a él, además del ya mencionado Pidcock, rodaban Toon Aerts (Telenet Baloise-Lions), al que el abandono de Iserbyt situaba en una posición inmejorable para hacerse con la general del Superprestigio esta temporada, Timo Kielich y Gianni Vermeersch (Credishop-Fristads).
Fue Toon Aerts el que rompió la tregua que se vivía en ese grupo a falta de tres vueltas para el final. El león aceleró y a su rueda se soldaron los dos corredores del Credishop-Fristads, dejando a Pidcock y Orts sufriendo por no perder sus opciones de meterse en el top10 por completo. Aerts, sabedor ya de que Iserbyt había abandonado y, quizás, informado de que todo apuntaba a una fractura de codo que supondría el final de su temporada, apretaba para sumar la mayor cantidad posible de puntos de cara a la general, un ritmo que fue imposible para Orts que, en una de sus mejores actuaciones de este año espectacular, se dedicó a tratar de defender la 12ª plaza.
A punto de iniciar el último giro, fue Wout Van Aert el que se movió en el grupo perseguidor. El de Jumbo-Visma, que rodaba ya a 40 segundos del intocable Van der Poel dejó atrás a sus compañeros para asegurarse la segunda plaza y dejando a Sweeck, Soete, Van Kessel y Van der Haar peleando por el tercer escalón del podio que, finalmente, fue para Lars van der Haar.
Por su parte, Felipe Orts terminó la carrera en la 13ª posición y sigue confirmándose como uno de los corredores del momento. El de La Vila Joiosa fue 7º en Ruddervoorde y Merksplas, 11º en Niel y sólo en Boom, donde fue 23º, tuvo un mal día en lo que a este torneo respecta.
Brand manda
Volvía a los circuitos la asturiana Lucía González (Nesta) después de haberse tenido que perder la carrera del pasado miércoles en Herentals a causa de las molestias que arrastraba en el hombro tras la caída sufrida en la Copa del Mundo de Namur y lo hacía por todo lo alto. La mejor especialista española protagonizó una magnífica salida con la que, tal y como ya hizo el año pasado, peleó codo con codo con las grandes favoritas en la siempre complicada tarea de negociar las primeras curvas una vez abandonado el asfalto de la recta de meta del circuito de velocidad de Zolder.
González se soldó a la rueda de las de siempre, es decir, Denise Betsema (Pauwels Sauzen-Bingoal), Ceylin del Carmen Alvarado (Alpecin-Fenix), Lucinda Brand (Telenet Baloise-Lions), Annemarie Worst (777) y otras invitadas ilustres como Inge van der Heijden (777), que fueron las encargadas de marcar el ritmo en ese primer giro.
Alvarado, Worst, Betsema y Van der Heijden consiguieron abrir un hueco de unos seis segundos respecto a un cuarteto formado por Lucinda Brand, Mannon Bakker (Credishop-Fristads), Alicia Franck (Proximus-AlphaMotorhomes) y Anna Kay (Starcasino). Sin embargo, el decidido empuje de la leona de ese grupito perseguidor permitió que nada más comenzar el segundo giro se formase ya un grupo cabecero que finalmente se compuso de Van der Heijden, Worst, Brand, Betsema y Alvarado, que sufrió un inoportuno tropezón durante el paso de los tablones del que, pese a que Brand se vaciaba por imponer un ritmo imposible, no tardó en recuperarse y volver a coger las ruedas buenas.
Esos errores, como el que acababa de cometer la campeona del mundo, son siempre fruto de un esfuerzo que lleva los cuerpos de las corredoras al límite y provocan fallos a veces incomprensibles en zonas no especialmente exigentes a nivel técnico. Así lo comprobó, poco después, la propia Lucinda Brand, que protagonizó un cambio de bicicleta terrible al inicio del tercer giro, al que permitió que Alvarado y Worst volvieran a la cabeza de carrera después de que poco antes la de Telenet Baloise-Lions y Denise Betsema hubieran tomado unos siete segundos de renta en un movimiento que, por un momento, parecía más definitivo de lo que fue.
Brand iba ensayando lo que tenía que ser su ataque final en la quinta y última vuelta. Cada vez que la carrera pasaba por el difícil tramo que desemboca en el asfalto del circuito de velocidad, la neerlandesa aprovechaba el revirado dibujo en el bosque y, sobre todo, la inclinadísima bajada hacia la recta de meta para poner a prueba la resistencia de sus rivales que, efectivamente, sufrían mucho para seguir su ritmo.
La primera en quedarse fuera del quinteto fue Inge van der Heijden, que arrancó la penúltima vuelta con 16 segundos cedidos. Su compañera de equipo, Worst, decidió entonces tratar de neutralizar a la mujer que ha subido a todos los podios que ha disputado este año colocándose en cabeza y tratando de imponer su propio ritmo. Brand, claro, aguantaba. También lo hacían Alvarado y Betsema en un giro que sirvió, sobre todo, para tomar un muy relativo respiro y velar las armas para lo que se planteaba como un espectacular final.
Tanto bajó el ritmo que Van der Heijden fue capaz de enlazar de nuevo poco antes de llegar a esa zona que tanto le gusta a Brand. Sus rivales, especialmente Betsema y Worst, se posicionaban tratando que la gran dominadora de este año no pudiese comenzar ese sector en cabeza. Alvarado se limitaba a vigilar la rueda de la leona y Van der Heijden, superada por sus rivales, volvía a perder terreno a cada acelerón por pequeño que este fuese, aunque sin soltarse por completo en ningún momento.
Así, arrancó la quinta y última vuelta con el grupito perseguidor, formado por Kay, Bakker y Franck, habiéndose acercado a una más que peligrosa distancia de tan solo seis segundos. Brand aprovechó el paso por la línea de meta para lanzar un fortísimo ataque, pero sus rivales, que ya le han tomado la matrícula a la de Telenet-Baloise Lions y que la habían dejado desgastarse durante los giros anteriores –especialmente Alvarado– la pudieron seguir sin problemas.
Como había venido anunciando anteriormente, Brand trató de emboscar a sus rivales en el paso final por el bosque antes de entrar a la recta de meta. Alvarado, atentísima, se soldó a su rueda. Worst y Betsema, aunque sufrieron un poco más, también se plantaron en el asfalto metidas al rebufo de Brand.
Fue la propia corredora neerlandesa la que eligió su distancia para lanzar un sprint que arrancó con el maillot arcoíris de Alvarado perfectamente colocado a rueda, pero la corredora de origen dominicano no pudo desarrollar la velocidad suficiente para superar a su compatriota y se tuvo que conformar con la segunda posición final, mientras que Worst completó el podio.
Por su parte, Lucía González pudo hacer valer su fenomenal salida para meterse en el top20 final al terminar en la 18ª posición, un gran resultado teniendo en cuenta, como ya se ha indicado al principio, que la asturiana llegaba a Zolder tras una semana de inactividad a causa de su lesión en el hombro.
Info: Ciclo 21
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