José Luis de Santos, presidente de la Asociación de Ciclistas Profesionales, expresó su preocupación por el daño causado por la pandemia a su deporte.
¿Cómo definiría la situación del ciclismo en medio de la pandemia de coronavirus?
Estamos preocupados, pero a la vez trabajamos semanalmente junto a la UCI en un plan, en un precalendario con miras a una evolución favorable del virus. Al menos así se motiva la gente, con esperanza en regresar a la carretera. Los equipos y las carreras se encuentran en una seria crisis. Sin competición, no hay repercusión mediática en la televisión y las inversiones no son rentables para los patrocinadores. Dependemos de lo que decidan las autoridades en materia sanitaria. Queremos correr, aunque de manera segura para los ciclistas y todos los implicados.
Y mientras, confinados sin poder prepararse en condiciones.
Lo valoramos de dos formas: por un lado, seguimos las recomendaciones de Sanidad, el CSD y el Gobierno a rajatabla. La salud será lo primero siempre, y nos adaptamos a cualquier medida para luchar contra la pandemia. Por otro, nos choca que se permita el uso de la bicicleta para acudir al puesto de trabajo, pero que a los profesionales no se les autorice desarrollar el suyo.
¿Cuándo volverán los entrenamientos en el exterior?
A partir del 27 de abril quizá suceda. José Luis López Cerrón, presidente de la Federación, se encarga de la solicitud en sus contactos con el CSD y otras instituciones. Saben que se tratarían de salidas totalmente controladas, con el cuidado que siempre llevamos, en solitario y con la seguridad frente al coronavirus por delante. En solitario y con protección.
Por ahora, salvo el ERTE del Burgos, las escuadras españolas resisten.
Así es. Tenemos suerte de contar con estructuras de tradición y sólidas, que dispondrán de continuidad en 2021. Sin embargo, el miedo por acabar contrato a final de temporada para los corredores no desaparece. Para muchos, el futuro se solucionará si se disputan las grandes, con visibilidad y retorno para los sponsors. Sobre todo por el Tour, que es el motor de nuestra economía.
Para las pequeñas vueltas resultará más complicado sobrevivir.
Sí. Existen muchas pruebas nacionales en peligro de desaparición al mantenerse con el dinero de las subvenciones públicas de diputaciones o ayuntamientos. El dinero se destinará en 2021 a primeras necesidades y no para el deporte.
¿Se imagina un 2020 suspendido ya?
No quiero, aunque existe esa posibilidad. Supondría el caos para nuestro deporte. Nos esforzamos por conservar el Tour. Por fortuna, mueve muchísimo a su alrededor, como los Juegos Olímpicos o el Mundial de fútbol, pero de año en año. Su repercusión mediática resultará fundamental para la subsistencia de equipos y patrocinadores. Por ejemplo, el CCC vende zapatos y sus 3.000 han cerrado y no obtiene ni un recurso presencial. Aparte, los auditores de la UCI deberían estudiar cada caso para evitar atropellos y que se justifiquen las reducciones de sueldo o despidos si no competimos más. Por eso también se pidió que se invite a dos escuadras más a las carreras, para salvar la mayor cantidad de empleos. Aun así, continuamos a la expectativa de lo que ocurra con la pandemia.
Info: AS
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