Nairo Quintana se despidió de la pelea por lograr los puestos de privilegio en el Tour de Francia. El colombiano tuvo su peor día en lo corrido de la competencia y llegó a más de tres minutos de Thibaut Pinot, el ganador de la jornada en el Tourmalet.
No hubo excusas. El Movistar trabajó para él. Empujó, comandó el pelotón y trató de zarandear al grupo principal. Todo pensando en lo que pudiera hacer el boyacense cuando comenzara el último ascenso. Allí se esperaba el liderato del ciclista telefónico, peleando codo a codo con los otros aspirantes en la general.
Pero todo se fue para abajo. A menos de diez kilómetros para la meta, Nairo Quintana comenzó a descolgarse y a distanciarse del resto de rivales. Algún compañero trató de auxiliarlo, aunque ya no había nada que hacer. El de Cómbita mostró su impotencia a medida que llegaba el final de la etapa. No tuvo respuestas en su intención de tratar de minimizar las pérdidas y terminó sumido en el peor escenario posible.
El pedalista de 28 años llegó a 03:24 de Pinot y cayó a la casilla 14 de la clasificación general, quedando a 07:19. No solo perdió cualquier esperanza de conquistar el título, sino que quedó lejos de meterse en la pelea por los puestos de podio. El “sueño amarillo”, el cual tanto menciona, se esfumó nuevamente.
Quintana, culminada la etapa, reconoció que el estado físico no estuvo a la altura para pelear y recortar tiempo en el Tourmalet. Del mismo modo aseguró que su papel en el Movistar de aquí en adelante será el de convertirse en gregario de Míkel Landa y Alejandro Valverde durante la última semana de la carrera. La impotencia fue evidente en el corredor nacido en Boyacá.
Info: Antena 2
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