En el reciente último comunicado oficial de la Unión Ciclista Internacional (UCI) de cómo quedaba el repartido el nuevo calendario ciclista se mantenían las fechas y la sede del Campeonato del Mundo de Ciclismo; es decir, del 20 al 27 de septiembre y en las localidades suizas de Aigle-Martigny.
Un poco manteniendo la idea inicial, y siempre defendida por la UCI, de salvar a toda costa, de dar orden prioritario, al Mundial de Ciclismo.
Habría además cambio de fechas de algunas carreras
No obstante podría ser que el Campeonato del Mundo modificara radicalmente de escenario y cambiara los prados verdes de Suiza por la arena y los rascacielos de Qatar. El motivo de este nuevo escenario, que repetimos, no es oficial, no es otro que las restricciones de movilidad decretadas en Holanda, que impedirían la celebración de la competición.
Unos cambios que ya se empezaban a rumorear en el pelotón internacional a primera hora de la mañana y que irían más allá del mero cambio de escenario del Campeonato del Mundo, y que afectarían incluso al resto de pruebas, que se moverían; hasta el punto que el Giro de Italia se avanzaría unos días y ya no se coincidiría con la Vuelta.
Este cambio de escenario del Mundial tiene más trascendencia de la que parece, no sólo por el posible o no cambio de fechas, sino porque afecta al perfil del recorrido y, por tanto, a los posibles candidatos a la victoria. Doha (Qatar) ya acogió el Campeonato del Mundo en el 2016, en el segundo de los tres Mundiales que ha acabado atesorando, hasta el momento.
Info: Mundo Deportivo
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