Las murallas de Lucca han vivido una nueva batalla épica, en esta ocasión protagonizada por unos jinetes valientes y sin miedo al fracaso, montados en unos caballos con ruedas que han desafiado la lógica escrita antes de que partiera de Génova la quinta etapa del Giro de Italia.
Una de aquellas jornadas que se llaman de transición, en la que la duda principal estaba en saber si la etapa se iba a decidir al sprint o con una fuga podría llegar victoriosa a la línea de llegada. En una etapa de 178 kilómetros y 1.700 metros de desnivel, todas las miradas estaban puestas en el ascenso al puerto de 4ª categoría de Montemagno (3 kilómetros al 4,3% de pendiente media) situado a 20 kilómetros de meta. Un ascenso que los sprinters más rápidos a priori no deberían tener muchos problemas a coronar.
Pero la etapa, marcada por varias caídas, iba a empezar a decidirse mucho antes, justo tras el sprint intermedio de Ceparana, a 78 kilómetros del mismo, punto en el que se produjo uno de los percances del día, protagonizado por el francés Laporte.
A la salida del sprint y a 76 kilómetros de meta, cuatro valientes aprovecharon a calma que impera en las posiciones de privilegio del pelotón. Thomas, Valgren, Paleni y Pietrobon fueron valientes y se la jugaron.
Por delante algo más de 60 kilómetros. Los cuatro corredores cabeza de carrera se entendieron bien y jugaron bien sus cartas. No gozaron nunca de una diferencia excesiva, pero sí que no cejaron en su empeño. Por detrás, los equipos de los sprinters, especialmente el Lidl-Trek y el Alpecin trabajaron a destajo para cazar a los fugados, pero al final acabaron levantando e pie.
Cuestión de fe
A 18 kilómetros de meta la dierencia de los cuatro escapado era de 55 segundos, 44 a 10 km de meta y 25 a 2.000 metros de meta, hasta que levantataron el pie. La victoria de etapa estaba en los escapados. El primero en intentarlo fue el corredor Pietroboni del Polti-Kometa de Alberto Contador. Fue el que menos relevó al final y atacó en el último kilómetro. Tomó unos metros, pero las fuerzas le fallaron y al final fue cazado por sus compañeros de fatiga, siendo la victoria al sprint para el francés Benjamin Thomas, quien otorgaba al equipo Cofidis la primera victoria de la temporada.
Mientras, Tadej Pogacar estiraba ya las piernas y los riñones de cara a la sexta etapa de este jueves, con los tres tramos de tierra que esperan a los supervivientes del Giro.
Info: Mundo Deportivo
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