La carrera nació algo descafeinada por la ausencia de grandes candidatos como Alaphilippe, Colbrelli, Ewan y Styuven, por diferentes motivos. Sin su presencia, uno de los grandes debates de la semana giró sobre la posibilidad de que Roglic y, sobre todo Pogacar, pudieran competir por el primer gran monumento del año.
Se formó una fuga de 8 valientes entre los que figuraban dos españoles. Detrás, el grupo vigilaba pedaleando a un gran ritmo. Se llegó a toda velocidad a Cipressa (km 271; 5,6 km al 4,1%), siempre transitada a toda velocidad, que volvió a crear una primera selección que se confirmó en el llano posterior. Formolo encendió la mecha tras completar la ascensión más rápida al puerto italiano de los últimos 20 años. El transalpino del UAE dejó seleccionado el grupo de favoritos en 27 unidades. Allí ya no estaba Sagan, que pinchó previamente en el momento decisivo.
El único gran favorito que no estaba en esa terna era Pidcock, que se desconectó incomprensiblemente a 36 kilómetros de la línea de meta. La nivel del grupo de los candidatos era más que notable e incluía a Van der Poel, que debutaba este 2022 tras unos meses complicados por los problemas de espalda.
Al haber un pelotón tan reducido, la entrada al Poggio (km 287; 3,7 km al 3,7%) resultó más tranquila de lo habitual. Fue ahí donde murió definitivamente la fuga, donde aún aguantaban los locales Rivi y Sevilla.
Espectacular final
Pogacar atacó hasta cuatro veces para intentar dejar atrás al resto. Logró hacer mucho daño al grupo, pero fue Mohoric quien aprovechó ese trabajo para irse en solitario en el descenso final, cuando restaban 3 km para llegar a meta.
Nadie le pudo parar a un corredor que vuelve a poner a Eslovenia en el mapa. Turgis y un increíble Van der Poel le acompañaron en el podio. Con esta victoria, Mohoric se convierte en el primer esloveno en ganar la Milán Sanremo y hereda la corona del belga Stuyven.
Info: Marca
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