A menos de una semana de la disputa de la 10ª edición del Rural Bike Beltrán, la clásica más grande de Mendoza sigue dando que hablar.
Ya conocimos las sensaciones de los protagonistas del evento que congregó a más de 800 bikers.
Hoy es el turno de escuchar a Eduardo Quillay, quien junto a Jorge González se pone cada año la carrera al hombro para que a los ciclistas no les falte nada antes, durante y después de la carrera.
«En dos meses organizamos una gran fiesta de ciclismo. Este año la carrera fue un gran desafío: con Jorge tuvimos muchas dudas antes de decidir si la hacíamos», reconoció Edu. Y agregó: «empezamos mal cuando tuvimos que cambiar la fecha, porque nuestras cabezas estaban puesta en el 28 de febrero, pero debimos reorganizar todo».
«Nos largamos a organizarla y a dejar todo en dos meses, cuando una competencia de estas características demanda unos 7 u 8 meses de trabajo para que no se te escape ningún detalle. De todas maneras, supimos desenvolvernos bastante bien. Realizar esta competencia con 800 participantes fue un desafío muy grande, se nos atravesaron muchos miedos y nervios, estuvimos una semana sin dormir, yo viajé mucho por que los tiempo de entrega de mercadería eran muy justos y Jorge, por otro lado, debía ir cerrando otros detalles. Hoy charlamos y nos dimos cuenta que dos cabezas para todo esto es mucho, por eso tenemos que agradecer a las familias, porque sin ellos esta fiesta de ciclismo no hubiera sido posible».
Pasó la 10ª edición del Rural de Beltán, la carrera que se convirtió en una cita obligada para los amantes del ciclismo en cada verano. Con la satisfacción de haber hecho un gran trabajo, los organizadores ya están ideando el 11º Rural Bike Beltrán, la Clásica más grande de Mendoza.
Fotos: Juani Cocuelle
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