Poco a poco los equipos World Tour preparan el regreso a la competición, previsto, si las condiciones sanitarias lo permiten, a finales de julio con el inicio de la Vuelta a Burgos.
El Bora llegó el pasado viernes a la localidad austriaca de Sölden para estar, durante dos semanas, entrenando en altura. Se trata de cincuenta personas, entre corredores y demás partes del equipo, y todos ellos se hicieron test de coronavirus al llegar. Según confirmó Cyclingnews, todos dieron negativo y pudieron empezar a entrenar sin problemas respetando el protocolo sanitario.
«Estoy muy feliz de estar nuevamente en Sölden. Estuve aquí por última vez para Año Nuevo para esquiar, ahora estoy aquí para prepararme con todo nuestro equipo Bora-Hansgrohe. Estoy muy feliz de que podamos comenzar en este sitio», dijo Peter Sagan, estrella de la escuadra alemana.
El equipo ha creado diferentes grupos para ayudar a reducir el riesgo de contagio: dos de ellos se basarán en altitud, y otros tres grupos permanecerán más bajos en el valle austríaco pero rodarán por las carreteras de alta montaña para el entrenamiento.
Por el momento, Peter Sagan sigue deshojando la margarita sobre cómo afrontará el atípico calendario para lo que resta de temporada 2020. El Tour de Francia (29 agosto – 20 septiembre) se perfila como su gran objetivo pero aún es una incógnita dónde competirá tras la Grande Boucle y el Mundial de Aigle-Martigny.
Según medios eslovacos, habría tomado una salomónica decisión en la que daría prioridad al Giro de Italia (3-25 octubre) por delante de las grandes clásicas de pavés. Su debut se espera el 1 de agosto en la Strade-Bianche.
Info: AS
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