Mark Cavendish marcó su retorno al Giro de Italia llevándose el domingo la victoria en un apretado sprint al final de la tercera etapa, mientras que Mathieu van der Poel se mantuvo como líder de la clasificación general.
Cavendish, corredor británico del equipo Quick-Step Alpha Vinyl, alzó los brazos y sonrió radiante al cruzar la meta justo por delante del francés Arnaud Demare y del colombiano Fernando Gaviria.
Fue la 16ta victoria de etapa en el Giro para Cavendish, de 36 años. Llevaba nueve años sin participar en la ronda italiana.
También fue el triunfo número 53 en los tres grandes tours del especialista de sprints, nacido en la Isla de Man, acercándose a Mario Cipollini, segundo en la tabla de ganadores de etapas con 57. Eddy Merckx lidera con 64 etapas.
“Ya no soy muy joven, suelo estar en marcha después de 4-5 días, pero al final del día sigo siendo el viejo Cavendish», dijo. “Hoy he salido a falta de 300 metros y ha sido un gran sprint”.
Poco cambió en la clasificación general al término del recorrido llano de 201 kilómetros (125 millas) entre el lago Balatón en Kaposvár y Balatonfüred. La mayoría de los candidatos en la general cruzaron la meta con el mismo tiempo tras una jornada sin sobresaltos y aburrida.
El holandés Van der Poel mantiene una diferencia de 11 segundos sobre Simon Yates y de 16 por delante de Tom Dumoulin, ganador del Giro de 2017.
El ecuatoriano Richard Carapaz, campeón del Giro de 2019, figura 15to, con un retraso de 35 segundos.
Tres corredores se fueron a la fuga tras la salida. Los italianos Mattia Bias, Filippo Tagliani y Samuele Rivi se escaparon y durante casi todo el día estuvieron al frente con una ventaja de casi tres minutos. El trío fue cazado cuando quedaban poco menos de 30 kilómetros (19 millas) para la meta.
Fue la última de las tres etapas en Hungría. La carrera tendrá su primer día de descanso el lunes para hacer el traslado a la isla italiana de Sicilia.
Tendrán su primera gran prueba el jueves, ya que la cuarta etapa culminará con un ascenso de primera categoría al Monte Etna, después de una ruta de 172 kilómetros (107 millas) desde Avola.
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