ATACÓ FROOME Y SE AFERRÓ A LA PUNTA

Del británico Chris Froome se decía que no era un buen bajador, pero en el descenso del Peyersourde, en la segunda etapa alpina, se quitó ese ‘sambenito’ para ganar la etapa, colocarse el maillot amarillo y asestar a sus rivales un golpe moral de talla.

Entre los argentinos, Eduardo Sepúlveda (Fortuneo – Vital Concept) culminó 32º en la Etapa y está 28º en la General y Maximiliano Richeze (Etixx – Quick-Step) culminó 159º y se ubica 143º en la General.

«Quería hacer algo por mis compañeros, que han trabajado duro durante toda la jornada. Intenté irme en la subida, pero no funcionó, así que probé suerte bajando», señaló el jefe de filas del Sky. Como en sus dos anteriores triunfos en el Tour, en 2013 y el año pasado, el británico golpeó primero, en Pirineos, sorprendiendo a sus rivales.

Todo el mundo esperaba un ataque de Froome en ese macizo, pero sorprendió con su demarraje en el descenso, donde nadie le esperaba. «Se suele decir que los Sky somos malos bajando. Hemos dado la sorpresa», indicó el director de la formación, Dave Braidsford.

Froome se lanzó sin pensarlo en las rampas que llevaban hasta Bagnères-de-Bigorre, sentado sobre el sillín y pedaleando, lo que dejó una estampa muy peculiar, una nueva imagen para la colección de posturas heterodoxas del británico de Kenia conocido ya por su forma poco convencional de subir los puertos. «Este año he entrenado mucho con el polaco Michal Kwiatowski este año. Y lo que he hecho hoy es la reproducción de lo que hacemos en los entrenamientos. Nos desafiamos entre nosotros a ver quien baja más rápido», aseguró Froome.

El británico negó que haya inventado una nueva forma de bajar los puertos y no quiso que se asocie esa postura con su nombre: «Lo único que hecho es intentar bajar lo más rápido posible». Froome reconoció que «corrió algún riesgo, pero que no fue excesivo» y señaló que el tiempo logrado en la meta, 13 segundos sobre su principal rival, el colombiano Nairo Quintana, más los diez de la bonificación por ser el ganador de la etapa, «no es muy elevado».

«No me esperaba lograr hoy el amarillo, ha sido un buen premio para mi», dijo el corredor del Sky. Froome auguró que, a partir de ahora, volverán a salir las sospechas sobre la naturaleza de sus exhibiciones, pero indicó que no le afectan en absoluto. «Estoy muy feliz por haber logrado el liderazgo y por haber ganado una etapa de una forma que nunca antes había conseguido en mi carrera», señaló.

Braidsford aseguró que el ataque de su pupilo cuesta abajo es «una muestra de su mentalidad de luchador». «Siempre que llega la montaña tiene una actitud de ataque. Nadie esperaba que fuera así. Yo, viendo las imágenes de su bajada, tenía el corazón en un puño», indicó el director.

El responsable del Sky auguró un Tour diferente, con una táctica diferente que vienen poniendo en marcha desde la pasada Dauphiné, más ofensiva, a lo que ha contribuido la llegada de nuevos corredores, entre los que citó al colombiano Sergio Henao. En el Sky nadie da la victoria por lograda, aunque asumen que han dado un golpe moral a sus rivales. «Hoy he podido aprovechar esta situación, pero hay etapas más montañosas que serán más selectivas», afirmó.

Froome tuvo que responder ante los periodistas por haber golpeado a un aficionado colombiano que le perturbó en el ascenso de uno de los puertos de la carrera. «No tengo nada contra los aficionados colombianos, pero creo que este era peligroso. Es fantástico que nos animen, pero hay que decirles que no deben correr al lado de los ciclistas», dijo el británico.

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Info y Foto: Vavel

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