Desde que en 2004 llegó a la Vuelta, el tramo que termina en el Alto del Colorado, promontorio montañoso que delimita los departamentos de Ullum e Iglesia, se ganó el corazón de los aficionados. Sin tener el mítico desafío de las más de 1.600 curvas y la pronunciada subida al Tambolar que tenía la Doble Calingasta por la vieja Ruta 12; el trazado que va por la Ruta 149 adquirió ribetes trascendentes para la historia de la carrera. Desde esa primera edición que ganó el riojano Raúl del Rosario Ruarte, hasta la última en la que se impuso el colombiano Winner Anacona, pasaron muchos kilómetros regados por el generoso sudor de lo titanes de la ruta.
Se la sumó buscando darle otra tónica a La Vuelta y vaya que así fue. Comenzó a incidir de manera decisiva en la competencia. En muchas ocasiones entronizó a su ganador con el triunfo en la general final. En otras, como en su primera edición, adosó interrogantes que se develaban en etapas futuras.
A Ruarte, en la primera aventura lo escoltó el entrerriano César Sigura, quien pegó el salto a la general desplazando a Oscar Villalobo, ídolo sanjuanino del momento. Sin embargo, la fortuna no estuvo de su lado porque al día siguiente en la última etapa en la Avenida de Circunvalación, el zondino aprovechó un rosario de desperfectos que sufrió el litoraleño y recuperó la malla de líder.
Al año siguiente en su segunda edición, antes de largarla Villalobo era líder aventajando por 2 segundos a Guillermo Brunetta. Para no pasar sobresaltos, el técnico del equipo Puertas de Cuyo, Ernesto Fernández, mandó a un trío de los suyos a que rompieran la carrera temprano, cuando transitaban 10 kilómetros. Brunetta se quedó a la rueda de Villalobos, mientras nueve hombres, entre ellos tres compañeros del líder sacaron 9 minutos al subir a Las Crucecitas. Distancia que se tornó indescontable. Antes de pasar sobresaltos el entrenador sacrificó a su jefe de filas y asumió el liderazgo su segunda espada, Luciano Montivero que ganó la etapa y se quedó con la general. Cada uno de los viajes al Colorado encierra su secreto. Influyen muchas cosas, siendo claves dos de ellas: la temperatura ambiente y el ritmo que imponen los equipos que pelean por la clasificación general.
La de esta tarde será una edición inédita, no por el trazado, porque repetirá el de las últimas dos ediciones, lanzando en San Martín; sino por el horario. Será la primera vez que se disputará por la tarde.
La historia de la etapa que se ganó el mote de reina tiene a Juan Pablo Dotti (hoy en el SEP-San Juan) como el que más veces la ganó. El bolivarense que llegó a San Juan con 18 años y se quedó a vivir se impuso en cuatro ocasiones: 2007, 2010, 2011 y 2012. De sus cuatro victorias en dos (10 y 12) se impuso también en la clasificación general. Laureano Rosas, triple ganador de la carrera coronó primero el promontorio recién en su tercera victoria.
De las tres ediciones con categoría UCI solo Winner Anacona, el año pasado, cruzó primero la línea de meta y festejó en la Avenida. En 2017 fue el portugués Ruí Costa quien ganó el ascenso y quien arribó quinto, pero hasta ese momento estaba segundo en la general, Bauke Mollema pasó al frente y se quedó con la carrera.
En 2018 quien cruzó primero la meta fue el argentino Gonzalo Najar, quien luego se impuso en la prueba. Triunfos que heredó el español Óscar Sevilla, por el doping positivo que le saltó al jujeño. En esa edición el hombre del Team Medellin había sido segundo en la etapa reina y también segundo en la general.
Son mayoría los casos en que los triunfadores de la general no ganaron el ascenso, pero sí les sirvió para pasar al frente. Evenepoel afrontará su primera gran batalla para mantenerse líder.
Info: Fabio Garbi – Diario de Cuyo
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